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Más allá del vídeo: las múltiples ventajas de las cámaras protegidas contra explosiones

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Independientemente de si se les llama cámaras protegidas contra explosiones o a prueba de explosiones, están diseñadas para eliminar el riesgo de que la cámara cree una chispa que pueda causar una explosión en un entorno peligroso.

Aunque esta es, por supuesto, una característica clave, no describe completamente las múltiples ventajas que pueden aportar las cámaras protegidas contra explosiones. La seguridad sigue siendo lo más importante, pero la alta calidad de las cámaras y, cada vez más, la posibilidad de integrar otros sensores en la solución abre la oportunidad de que las cámaras desempeñen un papel central en muchos aspectos de la eficiencia operativa.

Es una obviedad, pero la necesidad imperiosa de una cámara protegida contra explosiones se da en aquellos entornos en los que existe un verdadero riesgo de explosión. Lo que puede resultar menos obvio es la frecuencia con la que se da este caso, y en cuántos sectores de la industria, tanto para infraestructuras críticas como para otras operaciones industriales.

El riesgo de explosión: desde el petróleo y el gas hasta la granja y la fábrica

Las explosiones son un riesgo siempre que un material combustible o inflamable se encuentra con una fuente de ignición, en presencia de aire.

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Los gases y vapores se inflaman con facilidad, y son muy comunes en diferentes entornos industriales. La extracción de gas altamente inflamable de la tierra es el centro de la operación, mientras que también es un subproducto del proceso de extracción y procesamiento del petróleo. El gas también se utiliza habitualmente como un importante aditivo para la producción en muchos sectores industriales y de fabricación, y los vapores suelen estar presentes en cualquier sector que haga uso de productos químicos o líquidos inflamables.

Fertilizantes, una fuente potencial de igniciónSi bien los gases y vapores se asocian más comúnmente con las áreas peligrosas, pueden producirse explosiones devastadoras en otros entornos en los que cantidades significativas de polvo, fibras o volantes se abren paso en el aire. Tanto si se trata de ingredientes para alimentos, como la harina y el azúcar, como de materiales utilizados en la agricultura, como los fertilizantes, el polvo en el postratamiento de la madera o las fibras en la producción de textiles, el riesgo de incendio o de una explosión catastrófica de polvo está siempre presente.

Las fuentes potenciales de ignición para las explosiones son igualmente variadas. Las chispas eléctricas, o las generadas por impacto o fricción, las llamas abiertas, las descargas electrostáticas, las altas temperaturas superficiales, las ondas de choque e incluso los rayos, todo ello tiene el potencial de causar directamente una explosión, o de iniciar un incendio que posteriormente podría suponer un riesgo si no se aborda rápidamente.

Cámaras protegidas contra explosiones: mitigar el riesgo, y más

Los riesgos de explosión en todos los sectores son bien conocidos, por supuesto, y por esta razón existen normas estrictas con respecto a las áreas específicamente peligrosas de los centros industriales y las fábricas. Estas normativas especifican diferentes zonas en las que sólo se puede colocar cierto equipo, así como los requisitos de diseño de dicho equipo, incluidas las cámaras de vigilancia.

En términos sencillos, las cámaras protegidas contra explosiones están encerradas en una carcasa de alta resistencia, normalmente de acero inoxidable o aluminio, que elimina el riesgo de que la cámara emita cualquier chispa que pueda provocar una explosión.

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Entorno peligrosoComo resultado, las cámaras protegidas contra explosiones pueden colocarse en los entornos más peligrosos. Esto aporta ventajas inmediatas en materia de salud y seguridad. Por su naturaleza, las zonas peligrosas son aquellas en las que el personal debe pasar el menor tiempo posible, si es que pasa alguno. Las imágenes de alta calidad de las cámaras de vigilancia en red permiten la supervisión visual remota y la verificación con detalle forense, lo que permite a los operadores evaluar exactamente cuándo se requiere la intervención del personal, si es que se requiere.

Pero las cámaras de vídeo en red actuales son mucho más que imágenes visuales en directo. Con el creciente uso del aprendizaje profundo, las cámaras pueden ahora detectar patrones, tendencias y anomalías que aportan beneficios adicionales en materia de salud y seguridad y eficiencia operativa.

La analítica puede detectar si quienes trabajan en zonas peligrosas llevan la ropa de protección adecuada, mientras que la analítica de humo e incendios respalda la posibilidad de detectar incendios en una fase temprana.

El detalle de las cámaras también puede mejorarse en gran medida mediante la integración de otros sensores. Los sensores térmicos y de calor, por ejemplo, pueden detectar si la temperatura de la maquinaria se sale de los umbrales de seguridad, y reducir la potencia automáticamente o apagarla por completo.

Los sensores de gas pueden detectar fugas y alertar al personal para que se ocupe del problema, y si las cámaras detectan personas en la zona afectada, se pueden activar mensajes de evacuación por altavoces. Del mismo modo, si las cámaras detectan personas entrando en zonas restringidas o en áreas donde, por ejemplo, operan robots industriales, se pueden activar alarmas y apagar los robots hasta que la zona esté despejada.

La combinación de datos de las cámaras -tanto visuales como metadatos-, junto con los de otros sensores, puede cotejarse y analizarse en el centro de datos; con el tiempo, se obtendrá información que dará lugar a una mayor eficiencia operativa, mejoras en la seguridad y mantenimiento predictivo.

El futuro de las cámaras protegidas contra explosiones

Dado que la necesidad de seguridad es mayor en las zonas peligrosas que quizás en cualquier otro lugar, resulta irónico que muchas organizaciones se centren principalmente en las características del recinto, y no en los posibles beneficios que pueden obtenerse con las cámaras de red modernas. Colocar las cámaras de vigilancia estándar fuera de la zona peligrosa puede suponer un ahorro a corto plazo, pero reduce claramente el nivel de detalle capturado.

A medida que las capacidades "más allá del vídeo" de las cámaras protegidas contra explosiones sigan creciendo, los beneficios de su colocación dentro de las zonas peligrosas seguirán multiplicándose. Éstas aportarán beneficios en el ámbito de la seguridad, al tiempo que crearán eficiencias en las operaciones que pueden representar un convincente retorno de la inversión.

Maria Santafé
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Contacto de prensa
Marketing Specialist, Axis Communications
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