Las ciudades se encuentran en cambio constante y se espera que las autoridades las hagan progresar aún más para ofrecer una alta calidad de vida a sus ciudadanos. Al mismo tiempo, esas autoridades deben estar preparadas para hacer frente a las tendencias futuras como, por ejemplo, el crecimiento de las ciudades.
Las ciudades utilizan la tecnología y los datos para analizar, priorizar, tomar decisiones y utilizar los recursos de la forma más eficiente posible. Sin embargo, las tendencias y las prioridades a largo plazo pueden cambiar rápidamente dependiendo de las situaciones y los acontecimientos imprevisibles. Una pandemia, un incidente o una catástrofe natural pueden cambiar la forma de actuar y comportarse de los ciudadanos, y las autoridades dependen de unas herramientas flexibles y adaptables para ocuparse de las situaciones que surjan.
La tecnología siempre será un elemento capacitador esencial para la creación de unas ciudades inteligentes. Entre las numerosas tecnologías que se pueden utilizar en las ciudades, los sistemas de vigilancia desempeñan un papel fundamental, ya que actúan como los ojos y los oídos de las autoridades municipales en todos los aspectos de la vida urbana.
Unas soluciones flexibles y escalables para unas ciudades más inteligentes
La seguridad es una de las principales responsabilidades en todas las ciudades: sentirse seguro y protegido es uno de los principales derechos de cualquier ciudadano, pero no es el único factor a tener en cuenta a la hora de proporcionar unos proyectos eficaces para la creación de ciudades inteligentes. Con los nuevos retos que se pueden plantear, debemos alejarnos del modelo operativo tradicional en el que los departamentos encargados de la ciudad trabajan en compartimentos aislados y centrados únicamente en un área determinada, como el tráfico o la salud.
Una cámara de red, por ejemplo, puede utilizarse principalmente para la videovigilancia con el fin de mejorar la seguridad pública, pero también puede usarse como una herramienta para la recopilación de datos y estadísticas para la gestión del tráfico y la supervisión del medio ambiente. Durante la pandemia, los sistemas de vigilancia se han adaptado, con una reconfiguración limitada, para controlar el distanciamiento social, y los altavoces para exteriores integrados se han utilizado para comunicar directrices y para proporcionar información sobre las nuevas normas.
Las soluciones basadas en estándares abiertos son flexibles, escalables y fáciles de integrar. Un solo dispositivo puede, con su tecnología abierta, romper los silos de datos para dar soporte a varios casos de uso y objetivos de múltiples autoridades municipales. A través de plataformas abiertas como la Plataforma de Aplicaciones para Cámaras de AXIS (ACAP), los partners pueden desarrollar aplicaciones para cámaras de red que permitan a las ciudades de todo el mundo satisfacer sus necesidades y objetivos.
Las soluciones basadas en estándares abiertos son flexibles, escalables y fáciles de integrar. Un solo dispositivo puede, con su tecnología abierta, romper los silos de datos y proporcionar soporte a varios casos de uso y objetivos de múltiples autoridades municipales. A través de plataformas abiertas como la Plataforma de Aplicaciones de Cámaras de AXIS (ACAP), los partners pueden desarrollar aplicaciones para cámaras de red par que las ciudades de todo el mundo puedan satisfacer sus necesidades y sus objetivos.
Las prestaciones avanzadas proporcionan ayuda a los funcionarios municipales
Las ciudades son unos de los entornos más complejos para la instalación de cámaras, especialmente si deseamos obtener imágenes de buena calidad para realizar las correspondientes acciones posteriores. Los objetos y las personas en movimiento, los cambios de luz y las condiciones meteorológicas pueden suponer un verdadero reto para la obtención de unos datos fiables.
Se han desarrollado tecnologías específicas para ocuparnos de estos retos con instalaciones de cámaras a lo largo y ancho de las ciudades. Entre los ejemplos de estas innovaciones podemos destacar las tecnologías Lightfinder y Wide Dynamic Range, que se utilizan para gestionar entornos difíciles con poca luz o con contraluz, así como la estabilización electrónica de la imagen, que minimiza los efectos de las vibraciones y las sacudidas provocadas por el viento o el tráfico. Estas prestaciones garantizan la captura de imágenes de alta calidad, independientemente del entorno donde se utilice la cámara.
El producto y la calidad de la imagen son cruciales para garantizar una solución a prueba de futuro. Una cámara instalada para una vigilancia básica o un caso de uso específico podría ser necesaria en el futuro para ocuparse de aplicaciones como la gestión de multitudes con grandes cantidades de personas en constante movimiento.
Las cámaras de vigilancia se están convirtiendo en sensores cada vez más inteligentes. En especial, cuando se utiliza las analíticas en el edge basadas en la tecnología deep learning, la potencia de la videovigilancia se multiplica. Este tipo de analíticas puede "prever" situaciones críticas o violentas que están a punto de producirse, activando mensajes o avisos a través de los altavoces en red para apaciguar la situación. Asimismo, se puede alertar al personal de seguridad o a las fuerzas del orden para controlar una situación y para que intervengan si es necesario.
Mejora de la movilidad urbana en la actualidad para crear unas ciudades más seguras en el futuro
Incluso sin tener lugar incidentes específicos, la superpoblación crea sus propios problemas en los entornos urbanos. En transportes o en espacios públicos, la gestión de las multitudes es una prioridad importante para la seguridad, sobre todo por la necesidad que existe para incrementar el distanciamiento social. Desgraciadamente, empezamos a ser conscientes de que estamos hablando de unos requisitos permanentes y no de una necesidad únicamente a corto plazo.
Las soluciones de vídeo en red, junto con las analíticas, pueden servir de ayuda para controlar el movimiento y la distancia entre las personas en una zona específica como, por ejemplo, un festival. Cuando una zona se llena de gente o se ignoran las directrices establecidas, el sistema genera avisos y estadísticas para tomar posteriores medidas.
Pero la superpoblación no se limita a las personas. La gestión eficaz del tráfico también es necesaria, especialmente en las ciudades densamente pobladas. La videovigilancia flexible puede desempeñar un papel destacado para ayudar a optimizar los flujos de tráfico y para aumentar la seguridad, especialmente cuando cambia la cantidad o el tipo de vehículos en las carreteras.
La tecnología de vigilancia con las analíticas de vídeo basadas en inteligencia artificial (IA) o en tecnología deep learning, no solo puede ayudar a controlar las carreteras, sino que también proporciona una visualización más predictiva. Esto ayuda a los centros de gestión del tráfico (CGT) a planificar y gestionar el tráfico en tiempo real, facilitando la prevención de los cuellos de botella y los consiguientes atascos. También se puede añadir un software avanzado de IA para mejorar la distinción entre vehículos, personas y objetos, para detectar posibles incidentes o riesgos de accidente. Asimismo, lo anterior incrementa su importancia cuando se registra un aumento de ciclistas y de peatones.
La movilidad en la ciudad debe cambiar dependiendo de las necesidades de los ciudadanos
Las necesidades de transporte en las ciudades inteligentes están cambiando. Los ciudadanos desean tener unas infraestructuras más ecológicas, seguras e innovadoras para mejorar la habitabilidad. La actual pandemia, por ejemplo, ha llevado a muchas personas a evitar el transporte público para reducir el riesgo de contagio. El resultado ha sido un rápido cambio hacia los desplazamientos a pie y en bicicleta, lo que ha llevado a ciudades como París y Múnich a modificar algunos aspectos del diseño de las calles. Por ejemplo, se han introducido carriles para bicicletas en calles muy transitadas para mitigar el riesgo de que ciclistas, coches, furgonetas y camiones circulen en el mismo espacio.
El análisis de los datos procedentes de las soluciones para gestión de tráfico basadas en vídeo puede ayudar a las autoridades a detectar estas tendencias con mayor rapidez, permitiéndoles aplicar medidas de seguridad, desviar el tráfico o modificar el diseño de las carreteras. Las demandas temporales a corto plazo pueden llevar a unos cambios mantenidos a largo plazo, algo que puede beneficiar tanto a los ciudadanos como al medio ambiente.
Ofreciendo soporte a las ciudades sostenibles del futuro
La sostenibilidad será siempre un tema de alta prioridad en todos los procesos de una ciudad. Cualquier solución que se implemente debe utilizar productos de una cadena de suministro sostenible y construidos con materiales respetuosos con el medio ambiente. Los operadores, los distribuidores y los clientes finales también deben asegurarse de que utilizan productos de alta calidad, ya que es probable que duren más. En última instancia, se reducirá la necesidad de reparaciones y sustituciones en el futuro.
Las soluciones de vigilancia urbana inteligentes y basadas en arquitecturas abiertas también contribuyen a satisfacer los objetivos de sostenibilidad, ya que permiten a las autoridades combinar productos de diferentes partners y diferentes equipos y sensores. Esta flexibilidad ofrece soporte a propuestas con un objetivo a largo plazo, porque los sistemas de legado pueden actualizarse en lugar de sustituirse, y pueden realizarse inversiones sabiendo que se pueden facilitar mejoras en el futuro.
Preparando las ciudades inteligentes para el futuro
Los sistemas de videovigilancia conectados ya se utilizan de numerosas maneras para incrementar la seguridad en las ciudades. Pero es fundamental comprender el valor de las inversiones en sistemas avanzados y abiertos que permitan añadir dispositivos, sensores y software a la red. Esto facilitará la optimización de las soluciones para ocuparse tanto de los casos de uso existentes como de los nuevos que puedan surgir. Axis sigue comprometida con el desarrollo de soluciones innovadoras para colocar a las ciudades inteligentes en una posición óptima para evolucionar y para hacer frente a las demandas y los retos que puedan plantearse en el futuro, tanto los inesperados como los previstos