Los centros de datos son la base de nuestras vidas digitales. Casi todos los servicios tecnológicos modernos dependen de su potencia de cálculo. Mantener un rendimiento óptimo de los centros de datos es esencial para mantener el tiempo de actividad y ampliar la vida útil de los sistemas. Un aspecto a menudo ignorado pero crítico de la gestión de los centros de datos es la calidad del aire en espacios interiores (IAQ, por sus siglas en inglés).
En su reciente informe, «Dispositivosd IoT en edificios comerciales inteligentes entre 2025 y 2030», el analista industrial especializado en edificios inteligentes Memoori destacó cómo «los exigentes requisitos operativos de los centros de datos los han colocado a la vanguardia de la innovación en tecnología de edificios inteligentes». Parte de esto se refiere a los sensores ambientales con los que «prácticamente todos los centros de datos están llenos», dado que «incluso las ineficiencias menores pueden tener implicaciones significativas en cuanto a costes y rendimiento».
Por lo tanto, no es de extrañar que los sensores de calidad del aire en espacios interiores (IAQ) se hayan convertido en una parte importante de la infraestructura de supervisión ambiental de los centros de datos.
Por qué la IAQ es crucial para los centros de datos
La calidad del aire dentro de los centros de datos es vital para el estado de los servidores, conmutadores, routers y sistemas de almacenamiento utilizados. Una mala calidad del aire puede afectar al rendimiento general del centro de datos, crear la necesidad de un mantenimiento más regular para evitar tiempos de inactividad y aumentar potencialmente el consumo energético general del centro de datos.
Los centros de datos generan una cantidad significativa de calor debido a la operación constante de servidores y otros equipos. Para mantener un funcionamiento adecuado, los centros de datos confían en sistemas de refrigeración avanzados para regular las temperaturas. Una visibilidad precisa y en tiempo real de las temperaturas en todo un centro de datos es esencial para que los operadores mantengan un rendimiento óptimo.
El polvo y las partículas también pueden ser los principales culpables de la degradación del rendimiento de los equipos informáticos sensibles alojados en los centros de datos. Cuando el polvo se acumula en servidores, ventiladores de refrigeración o componentes eléctricos, puede afectar al flujo de aire y provocar un sobrecalentamiento. Además, la acumulación de polvo y residuos puede provocar cortocircuitos en los componentes electrónicos, lo que provocaría costosas reparaciones o tiempos de inactividad.
Los centros de datos deben mantener un rango específico de humedad para evitar la condensación en los equipos, que puede causar problemas eléctricos y corrosión. Sin embargo, una humedad insuficiente puede causar electricidad estática, lo que puede dañar los componentes sensibles.
El sistema de refrigeración de un centro de datos está diseñado para regular la temperatura y la humedad, lo que garantiza que los equipos funcionen de forma eficiente. Si la calidad del aire en el centro de datos se ve comprometida, los propios sistemas de refrigeración pueden volverse menos eficaces.
Teniendo en cuenta el importante enfoque en la energía consumida por los centros de datos de todo el mundo, especialmente dado el crecimiento explosivo de la inteligencia artificial (IA), la eficiencia energética se ha convertido en una preocupación importante para la gestión de los centros de datos. Cualquier información y datos que puedan respaldar el rendimiento del centro de datos, a la vez que contribuyen a la eficiencia energética, son bienvenidos.
Un ejemplo del potencial de ahorro proviene de Google. Mediante el uso de la IA para analizar los datos recopilados de miles de sensores, Google DeepMind pudo reducir su factura de refrigeración de centros de datos en un 40 %. Aplicar el mismo enfoque en todos los centros de datos tendría un gran impacto.
Además, con un mayor escrutinio por parte de los reguladores y la implementación de estándares específicos del sector relacionados con la operación de los centros de datos, incluida la norma ISO 50001 para la gestión energética, o las normas de nivel del Uptime Institute, que especifican los requisitos operativos para las instalaciones de centros de datos, la necesidad de dicha información es una obligación. Un informe de 2023 concluyó que menos de la mitad de los operadores de centros de datos estaban realizando un seguimiento de las métricas necesarias para evaluar su sostenibilidad o cumplir con los próximos requisitos normativos.
Dado el impacto de la calidad del aire en los centros de datos en el rendimiento y el consumo energético, los operadores están estudiando todas las formas en las que pueden medir y monitorizar la calidad del aire en espacios interiores (IAQ). Los sensores de calidad del aire en espacios interiores son fundamentales para proporcionar la información necesaria para optimizar de forma eficiente y eficaz la calidad del aire de un centro de datos.
¿Qué son los sensores de calidad del aire en espacios interiores?
Los sensores de calidad del aire en espacios interiores (IAQ) son dispositivos diseñados para monitorizar diferentes factores ambientales, incluidos los contaminantes en el aire, la temperatura, la humedad y los niveles de dióxido de carbono (CO2). Aunque muchas personas asocian la IAQ con la comodidad y la salud humanas, en el caso de los centros de datos, el enfoque se centra en crear un entorno óptimo para que los equipos funcionen. Estos sensores proporcionan datos en tiempo real que pueden ayudar a los operadores de centros de datos a tomar decisiones informadas para optimizar la circulación del aire, la filtración y los sistemas de refrigeración.
Las ventajas de los sensores de IAQ en los centros de datos
Al incorporar sensores de IAQ en sus operaciones, los centros de datos pueden obtener numerosas ventajas. La supervisión en tiempo real de los parámetros de calidad del aire permite a los operadores de los centros de datos realizar ajustes inmediatos en los sistemas de filtración de aire y CVAA, evitando ineficiencias en los sistemas y manteniendo un rendimiento constante.
Esta supervisión y optimización continuas de la temperatura, la humedad y el flujo de aire pueden reducir la necesidad de una refrigeración y consumo energético excesivos, lo que se traduce en un ahorro potencialmente significativo en los costes operativos.
Además, mantener las condiciones de calidad del aire adecuadas reduce la probabilidad de fallos del sistema o tiempos de inactividad debidos al sobrecalentamiento, la acumulación de polvo o los problemas relacionados con la humedad.
Estos problemas relacionados con la calidad del aire se pueden identificar antes de que contribuyan a un posible fallo del equipo, lo que permite un mantenimiento predictivo en lugar de las reparaciones reactivas, reduciendo el riesgo de interrupciones inesperadas y manteniendo el rendimiento
La reducción del consumo energético y la optimización de los sistemas de CVAA contribuyen a los esfuerzos generales de sostenibilidad al reducir la huella de carbono de las operaciones de los centros de datos.
Garantizar que los centros de datos funcionen como nuestra base tecnológica
La calidad del aire en espacios interiores puede ser un aspecto que se haya descuidado en la gestión de los centros de datos, pero desempeña un papel fundamental para la eficiencia, fiabilidad y longevidad de los equipos que albergan y, a su vez, para los servicios digitales críticos que proporcionan los centros de datos.
Al integrar sensores de IAQ en su infraestructura, los centros de datos pueden mejorar el rendimiento operativo, reducir los costes energéticos y garantizar un entorno óptimo para los sistemas de misión crítica.
A medida que la demanda de procesamiento y almacenamiento de datos siga creciendo, el papel de los sensores de IAQ en el mantenimiento de la salud de los centros de datos será cada vez más importante para garantizar que estas instalaciones sigan siendo eficientes, fiables y sostenibles durante años.