En un mundo globalizado y en constante movimiento como el actual, la seguridad en los puertos se alza como un desafío de vital importancia. Por supuesto, para salvaguardar la gran cantidad de bienes valiosos que pasan por estas instalaciones todos los días – entre enero y agosto de 2023, los puertos españoles movieron más de 365 millones de toneladas de mercancías -, pero, sobre todo, para proteger los pilares de la economía española – su actividad representa el 20% del PIB del sector del transporte y dan empleo a cerca de 100.000 personas, 175.000 de forma indirecta - y la seguridad nacional.
No hay ninguna duda de ello, los puertos forman parte de las infraestructuras críticas de cualquier país. Esas de cuyo funcionamiento dependemos todos y para las que no disponemos de alternativas en caso de una interrupción. Garantizar su seguridad es fundamental y una tarea nada fácil dada la variedad de peligros a los que están expuestas estas instalaciones.
Por nombrar solo algunos: es necesario evitar riesgos naturales que puedan afectar a las operaciones, las instalaciones y las personas; garantizar la seguridad de la navegación; proteger los activos de amenazas físicas, como sabotajes o robos; prevenir posibles derrames de sustancias químicas y cuidar de la seguridad y el bienestar de los trabajadores. Sin olvidar que los puertos deben cumplir con estrictas normativas, nacionales e internacionales; son objetivos potenciales para actos de terrorismo y, también, para ataques cibernéticos.
Para abordar todos estos peligros no es suficiente con adoptar medidas reactivas contra los riesgos actuales, sino prepararse para cualquier futura amenaza adoptando una mentalidad proactiva. La tecnología desempeña un papel clave en este sentido, ya que permite al sector disfrutar de una perspectiva completa y resolver todas sus necesidades de vigilancia, presentes y futuras.
Afortunadamente, en el mercado ya hay disponibles una gran diversidad de soluciones tecnológicas que abordan todos los aspectos esenciales de la seguridad portuaria – entradas y salidas, líneas de costa, perímetros, edificios y almacenes clave, zonas de transporte de mercancías y de aparcamiento, etc. – y que ayudan a crear un entorno seguro y a proporcionar a los gestores de las instalaciones una supervisión rentable, desde cualquier lugar y en todo momento.
Me refiero a imágenes térmicas, soluciones de control de acceso de vehículos, tecnologías avanzadas como Axis Lightfinder y diferentes tipos de cámaras que permiten optimizar la gestión de las operaciones cotidianas del negocio portuario. Estas permiten habilitar la supervisión remota de datos, como los números de identificación de los contenedores o los vagones, entre otros; permiten inspecciones, también remotas, de daños en las cargas; mejoran la formación del personal exponiéndoles a incidentes de la vida real y escenarios en directo; activan alertas automáticas cuando alguien accede al perímetro; facilitan la investigación de accidentes con imágenes de vídeo de alta calidad, en vivo o grabados, o permiten el conteo de personas o la detección de movimiento con inteligencia integrada.
Todas estas soluciones de videovigilancia, control de accesos, intercomunicaciones o sistemas de audio, combinadas con aplicaciones inteligentes de analítica y formación avanzada, además de incrementar la eficiencia de la seguridad en las infraestructuras portuarias y ayudar a reducir costes y tiempo hoy, son escalables. Esto quiere decir que resultarán cruciales para preparar los puertos para el futuro, permitiéndoles ampliar sus sistemas de protección poco a poco, a medida que lo necesiten.
Resumiendo, la seguridad en el sector portuario es un asunto de suma importancia que no debe subestimarse en absoluto. En un contexto de constante cambio, garantizar la estabilidad y la resiliencia de un país pasa por proteger sus infraestructuras críticas y los puertos no son ninguna excepción. Más con la gran cantidad de amenazas a los que están expuestos.
Industrias estratégicas como el comercio, el turismo, la industria y un largo etcétera dependen de que las operaciones portuarias sigan en marcha. Es hora de que todos los actores implicados en el sector se pongan manos a la obra y apuesten decididamente por esos sistemas de protección de seguridad física conectadas a datos que les permitirán proteger a instalaciones, activos y personas, ahora y siempre.