La explotación de recursos mineros en países de América Latina y el Caribe ha convertido a la región en el destino más importante de las inversiones públicas y privadas gracias a la cantidad y diversidad que nutren su riqueza mineral.
Por: Mariano Vega, Regional Sales Manager para el sur de América Latina en Axis Communications
En esta región la minería se encuentra directamente relacionada con el desarrollo integral de la economía, así como de los diversos mercados de materias primas que son esenciales para la fabricación de elementos utilizados para la vida moderna. Y en este marco, la capacidad de mejorar los procesos dentro de una zona minera ha sido uno de los retos más importantes a los que se enfrenta el sector, donde la tecnología funciona como una posible panacea para cumplir con estos propósitos.
En 2019, el Servicio Geológico de los Estados Unidos, informó que Chile, Perú, México y Argentina tuvieron un creciente y constante dominio en la producción y exportación de Cobre, Plata, Hierro y Oro, mismo que ha obligado a sus gobiernos a regular cada uno de los aspectos a su alrededor para asegurar oportunamente el desarrollo socioambiental de la minería y la equitativa distribución de las ganancias a través de políticas soberanas sobre la propiedad de los recursos naturales.
En recientes años las empresas de extracción han evolucionado, innovando en procesos que faciliten las tareas, minimicen los riesgos directos al personal de trabajo y fomenten la eficacia operativa, pero al mismo tiempo que les permitan ser sostenibles y reducir su impacto al medio ambiente trabajando de la mano con expertos de empresas como Axis, que desarrollan tecnologías de videovigilancia inteligentes alineadas a sus objetivos y necesidades.
Junto a los avances tecnológicos surgen las nuevas oportunidades estratégicas para la industria, las cuales permiten reinventar una organización usando tecnología que genere, almacene y procese datos que optimicen el desempeño del sector minero, sus operaciones, su competitividad y que agregue valor.
El creciente desarrollo de la minería en América Latina demanda reinventar la industria en todos los aspectos. Uno de los principales puntos es disminuir el riesgo de accidentes al que se encuentran expuestos tanto los trabajadores como los activos de la empresa extractora. El sector de videovigilancia ha desarrollado tecnología para entornos de trabajo peligrosos que pueden ver, incluso, más que el ojo humano y, en última instancia, salvar vidas.
Las soluciones con cámaras de videovigilancia ayudan a identificar fugas de gases peligrosos en ductos, tuberías y zonas de extracción; sobrecalentamiento de las maquinarias, bandas y hornos; así como potenciales desgastes y problemas mecánicos en los activos. También ayudan a disminur la ineficiencia operativa al poder monitorear a distancia y con mayor precisión, sin necesidad de parar los trabajos.
Por otra parte, con análisis inteligente en los sistemas de videovigilancia es posible comprobar aspectos esenciales que preserven la seguridad de los trabajadores, como utilizar en todo momento el equipo de protección que por normativas gubernamentales deben portar obligatoriamente; delimitar las áreas que sean peligrosas para evitar la presencia de personal demasiado cerca de materiales o maquinarias, utilizar soluciones de cámaras móviles o corporales en zonas en las que no existe cableado y detectar actividad no deseada en zonas al interior de las minas.
En cuanto a la sustentabilidad y el desarrollo socioambiental que las nuevas normas regulativas de los gobiernos obligan a cumplir, las soluciones tecnológicas de videovigilancia ahora permiten no sólo controlar accesos, evitar robos, filtración de intrusos, o minimizar las pérdidas de materiales, si no también monitorear a través de software inteligente nubes de humo y polvo que contaminan y afectan el ecosistema y la salud de las comunidades aledañas a la zona de extracción, permitiendo tomar decisiones oportunas.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) registró en 2018 que el aumento de las exportaciones ha generado ganancias extraordinarias y fomentado el crecimiento económico, pero al mismo tiempo ha propiciado la perdida de patrimonio natural y puesto en riesgo la sostenibilidad ambiental. En su Agenda 2030 indica como eje fundamental incentivar el cambio estructural y la modernización de la industria que cumpla con las normas regulatorias y a su vez, la lleve al objetivo de cero accidentes de trabajadores.
Los avances tecnológicos no se detienen y actualmente la videovigilancia ofrece las soluciones necesarias para reinventar, mejorar y evolucionar las actividades cotidianas de la industria de acuerdo a lo que las organizaciones gubernamentales estipulan, pero la clave del cambio en el sector implica un esfuerzo conjunto con el fin de superar los desafíos con miras a construir una minería responsable y resiliente.