Prestar una mayor atención a la salud, la sostenibilidad y la productividad hace que jamás haya sido más importante disponer de entornos de interior óptimos en espacios comerciales. La calidad del aire interior (CAI) desempeña un papel esencial en el bienestar de empleados y visitantes, ya que influye en todo, desde la salud hasta el rendimiento. Los sensores de calidad del aire interior se están convirtiendo en una componente primordial de las soluciones para monitorizar y mejorar la calidad del aire en edificios comerciales “inteligentes”.
Tal como señalan analistas independientes del sector como Memoori, los dispositivos conectados y los sensores en edificios comerciales —integrantes del Internet de las Cosas (IoT)— constituyen un área de crecimiento muy importante. Uno de los pilares de la visión de los edificios comerciales “inteligentes” son una nueva generación de sensores conectados que proporcionan información y datos sobre todos los aspectos de las operaciones de un edificio, desde la iluminación hasta la seguridad, y desde la climatización hasta la ocupación.
Si a esto se suman otras tecnologías conectadas, incluidas cámaras de videovigilancia, sistemas de audio y soluciones de control de acceso, estos sensores respaldan una mayor seguridad del edificio, la protección de los ocupantes y una mayor eficiencia operativa. Un área emergente de interés son los sensores ambientales, entre los que se incluyen los que miden la calidad del aire.
Por qué la calidad del aire interior es importante en los edificios comerciales
La calidad del aire que respiramos afecta de manera significativa a nuestra salud, productividad y bienestar en general. En el sector inmobiliario comercial, donde los empleados pasan gran parte de su jornada, la mala calidad del aire —también denominada contaminación del aire interior (CAI)— puede ocasionar diversos problemas. Entre ellos, se incluyen:
- Problemas de salud: existen estudios que demuestran que la exposición a contaminantes tales como compuestos orgánicos volátiles (COV), alérgenos o niveles elevados de dióxido de carbono (CO₂), puede desencadenar trastornos respiratorios, fatiga, dolores de cabeza y afecciones graves a largo plazo.
- Reducción de la productividad: en un estudio de la Universidad de Harvard se determinó que los empleados que trabajan en entornos mal ventilados con altos niveles de CO₂ pueden sufrir un deterioro de la función cognitiva, la concentración y la energía.
- Cumplimiento normativo: a medida que se endurecen las normas ambientales, sobre todo en su enfoque hacia la sostenibilidad y el bienestar de los empleados, los edificios comerciales deben cumplir cada vez más requisitos específicos de calidad del aire.
- Cambio de inquilinos: ya se trate de oficinas como de espacios comerciales o edificios de varios arrendatarios, la CAI influye de forma decisiva en la retención de los inquilinos. Los propietarios y gestores que priorizan la calidad del aire son considerados como más responsables y cercanos a sus inquilinos, lo que puede traducirse en mayores tasas de ocupación y renovaciones de contrato.
La creciente importancia de este asunto ha impulsado el uso de tecnologías conectadas para medir y monitorizar la calidad del aire interior (CAI). Un elemento central de estas soluciones son los sensores de CAI.
¿Qué son los sensores de calidad del aire interior?
Los sensores de CAI son dispositivos diseñados para medir diversos contaminantes y parámetros ambientales en un edificio. Pueden medir los niveles de materia particulada (PM2.5 y PM10), dióxido de carbono (CO₂), compuestos orgánicos volátiles (COV), temperatura, humedad e incluso monóxido de carbono (CO). Los sensores de CAI, que monitorizan estos parámetros de forma continua, proporcionan datos en tiempo real a los responsables del edificio, ayudándoles a tomar decisiones informadas sobre ventilación, filtración y otros métodos de mejora de la calidad del aire.
El papel de los sensores de CAI en edificios comerciales
Estos sensores ofrecen a los profesionales del sector inmobiliario comercial la información necesaria para supervisar y optimizar activamente la calidad del aire.
Gracias al seguimiento constante y en tiempo real de los niveles de calidad del aire, si algún contaminante supera un umbral inseguro, los responsable del edificio recibe alertas inmediatas. Esto permite actuar de forma rápida para prevenir riesgos de salud o molestias a los ocupantes.
La información proporcionada por los sensores de CAI permite a los gestores de propiedades y a los propietarios de edificios tomar decisiones basadas en datos para optimizar la calidad del aire. Los sensores pueden identificar, por ejemplo, áreas específicas que necesiten ajustes en los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC).
Realizar estos ajustes solo en las zonas necesarias, sin necesidad de que los equipos funcionen a pleno rendimiento en todo el edificio, ayuda a optimizar el consumo energético del sistema de climatización y, al mismo tiempo, puede prolongar la vida útil de los equipos.
Como resultado, los sensores de CAI contribuyen a cumplir los objetivos de sostenibilidad de un edificio al mejorar la eficiencia energética, reducir residuos innecesarios y tener un impacto positivo en el bienestar de los empleados.
Además, muchos propietarios de inmuebles comerciales buscan obtener certificaciones de edificación sostenible como LEED (Leadership in Energy and Environmental Design). Los sensores de CAI desempeñan un papel clave a lo hora de cumplir los requisitos de calidad ambiental interior de estas certificaciones, demostrando el compromiso del propietario con la sostenibilidad.
Por último, a medida que las empresas adoptan estrategias centradas en el bienestar, la calidad del aire se convierte en un elemento esencial para garantizar un entorno interior saludable. Los sensores de CAI ofrecen un método cuantificable para garantizar que se cumplen los estándares de calidad del aire, lo que influye directamente en la satisfacción de los inquilinos y el bienestar de los empleados.
El futuro de los sensores de CAI en propiedades comerciales
El papel de los sensores de CAI en el sector inmobiliario comercial seguirá evolucionando a medida que avance la tecnología.
Los sensores se integrarán cada vez más con otros sistemas de los “edificios inteligentes”, como la iluminación, la calefacción y la climatización automatizadas. Esta integración permitirá que los edificios se ajusten de forma automática para optimizar la calidad del aire, la eficiencia energética y el confort de los ocupantes.
Con la ayuda de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, estos sensores podrían predecir posibles problemas de calidad del aire antes de que se produzcan, lo que ayudaría a los gestores a realizar un mantenimiento proactivo de los sistemas de climatización.
Los propietarios también podrán aprovechar los datos de los sensores para implicar a inquilinos y empleados, ofreciendo información en tiempo real sobre las condiciones del aire. Algunos llegarán incluso a integrar la monitorización de la calidad del aire interior en aplicaciones dirigidas a los inquilinos, empoderándolos para supervisar y mejorar su propio entorno de trabajo.
Un componente esencial de un entorno saludable
La calidad del aire interior ha dejado de ser un factor “deseable” en el sector inmobiliario comercial para convertirse en un elemento esencial que afecta a la salud de los inquilinos, su productividad, la eficiencia energética y la sostenibilidad.
Al incorporar sensores de CAI en edificios comerciales, tanto propietarios como gestores podrán garantizar espacios saludables, confortables y conformes a normativas en constante evolución.
A medida que la tecnología continúe avanzando, los sensores de CAI desempeñarán un papel aún más esencial en la configuración de la industria inmobiliaria comercial del futuro, creando entornos en los que se priorice tanto la salud como el bienestar de todos sus ocupantes.